Los operarios, tras las manifestaciones de los afectados, terminan en una semana la urbanización de la calle 6 de Nuevo Mesoiro
"No teníamos que haber llegado a este extremo, respondieron bien a nuestras peticiones... pero desde que empezamos a manifestarnos". Los afectados de la calle 6 de Nuevo Mesoiro ven con satisfacción la posibilidad de poder irse a vivir a mediados de julio a sus nuevos pisos, aunque lamentan que sea con siete meses de retraso y después de forzar la situación con pancarta en mano y a golpe de silbato.
La tranquilidad es la palabra que mejor define a Nuevo Mesoiro, salvo por las obras (el barrio está a medio construir) y por las manifestaciones de los futuros inquilinos, que empezaron en la calle 2, luego en la 5 y durante el último mes en la 6. Nombres provisionales de unas calles que incluso llevan a la confusión. Como ejemplo, el de una pareja que paseaba con su perro a última hora de la tarde. "¿Dónde es la calle 6?". Durante unos segundos se piensan la respuesta, dudando de lo que contestar, y ella dice: "Si es la nuestra". Un frutería-charcutería y dos cervecerías son los principales establecimientos en la zona. Al final de la calle, en la parte más alta de la colina donde se asienta la urbanización, una serie de edificios en la margen derecha y otros en construcción en la acera izquierda. Los primeros son los dos bloques de unas 200 viviendas de protección autonómica por los que sus propietarios han insistido tanto para conseguir que se los entreguen. El Concello dice que será en julio.
El 26 de mayo cerca de un centenar de afectados se concentraron delante del Concello porque el alcalde, Javier Losada, les había anunciado que la calle no se recepcionaría hasta septiembre. A los tres días de su manifestación, el regidor se reunió con ellos y les anunció que a mediados de julio podrían trasladarse a su nueva casa. "Primero nos dijeron que había que construir el muro de contención en el solar de enfrente y desde que se hizo dijeron que tenía que estar acabado el garaje y el primer piso", recuerda una de las futuras vecinas.
Tras reunirse con el alcalde y mantener un posterior encuentro con la concejal de Urbanismo, Mar Barcón, el Concello optó por conceder una recepción parcial si se urbanizaba la calle: colocar la señales de tráfico y los anclajes que sujetan los contenedores; pintar la carretera y acabar de instalar los adoquines en la zona para aparcamiento. "Losada llamó a la junta de compensación y la semana pasada mandaron a diez operarios que hicieron el trabajo que no acababan hasta septiembre", comenta otra de las afectadas. Los vecinos reparten la responsabilidad de lo ocurrido a partes iguales entre la junta de compensación, las promotoras y el Concello por no obligar a urbanizar la calle hasta después de las manifestaciones.
Los afectados esperan que esta semana se solicite la recepción parcial de la calle. Si se cumplen los plazos, a mediados de julio tendrán sus pisos: tras la recepción, el Concello otorgará el permiso de habitabilidad, que deberá ser ratificado por la Xunta al tratarse de pisos de protección autonómica.
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